A Juan Tovar (Puebla, Puebla, 23 de octubre, 1941), considerado uno de los autores destacados de la literatura contemporánea mexicana, quien ha incursionado en los géneros de dramaturgia, cuento, novela, ensayo, traducción, periodismo, y guion cinematográfico, le fue entregada la Medalla Bellas Artes.
En ceremonia realizada la noche del 25 de julio en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Lidia Camacho, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el dramaturgo Flavio González Mello, destacaron su trabajo, obra y personalidad.
La titular del INBA comentó que Juan Tovar contribuyó a replantear la dramaturgia mexicana moderna de la década de los setenta y ochenta, como un teatro único y contestatario que revisa la historia de México sin condescendencia.
Apuntó que el homenajeado tuvo como mentores a Juan José Arreola, Luisa Josefina Hernández y Emilio Carballido, que con su creatividad ha enriquecido la escena nacional con obras que mantienen su vigencia como Las adoraciones, Manga de clavo, La madrugada, El destierro, y Horas de gracia.
“La comunidad artística aprecia en ti al profesional minucioso, mesurado y honesto, sobre todo por su enorme respeto al trabajo de los otros. Tu labor ha sido de muchas generaciones, generoso con los dramaturgos que actualmente se van desenvolviendo en la labor teatral, has apoyado a las jóvenes generaciones”, expresó.
En su intervención Flavio González Mello, ex alumno del galardonado, dio lectura al prólogo que escribió para el volumen Teatro reunido I, editado por el Fondo de Cultura Económica en 2017.
Señaló que Juan Tovar no ha parado de escribir un vasto corpus dramatúrgico que entre obras históricas, farsas sobre la actualidad política, metáforas sobre el arte y los sueños, comedias amorosas, adaptaciones escénicas de materiales narrativos y otras exploraciones, rondando en los 42 textos.
“En su teatro encontramos los dramas que abordan la historia nacional tanto remota como reciente, agrupados por Tovar en tres secciones: La patria desterrada. Antihistoria nacional, El dictador intermitente. Trilogía de Santa Anna, y las Crónicas de Huaxilán”.
Sobre su personalidad, dijo González Mello, Juan Tovar es discreto, alejado de los brindis de estreno y las develaciones de placa, ajeno al ascenso y caída del teatro posmoderno, posdramático y de otras posmodas, quien vive en retiro cultivando su parcela en Tepoztlán, Morelos.
Abundó en que el dramaturgo y escritor es una figura importante para la generación que empezó a publicar y estrenar en los años sesenta y setenta.
“Juan Tovar ha estado un poco alejado en parte por su carácter, porque vive en Morelos o por este decir la verdad. Me parece significativo que sin ser una personalidad que busque a los medios ni figurar ni codearse en los estrenos, lo que ha hecho es ir construyendo un gran edificio y eso inevitablemente tiene que ser reconocido.
“Espero que su reunión de obra este reconocimiento de la Medalla Bellas Artes, marqué una etapa del merecido reconocimiento de su obra como formador”, puntualizó Flavio González Mello.
Luego de recibir la medalla Bellas Artes, Juan Tovar se preguntó nervioso y sonriendo ¿Qué voy a decir ahora? “Estoy muy agradecido, emocionado. Puedo decir que he seguido haciendo teatro aunque no haya estrenado en varios años, eso me ha permitido (ríe) hacer cosas que simplemente no podrán ser puestas en escena, aunque quién sabe”.
Compartió que está trabajando en la obra Cambio y recambio, integrado por dos actos uno realista-naturalista y el otro fantástico, puesta experimental con tinte político que trata de los cambios en México. Cambio sucede en 2006 y recambio en 2018.
Finalmente Lidia Camacho le expresó a Juan Tovar, galardonado en 2007 con el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón que “celebramos tu trayectoria dedicada con pasión y originalidad a enriquecer nuestro patrimonio cultural, eres un creador siempre presente en todos nosotros”.
Fuente: Secretaría de Cultura / DAF
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